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El reino nazarí
BLOGA
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Los cármenes de Granada, patios interiores de influencia árabe, despiertan risueños, rebosantes de hiedra y azalea. Todos los caminos llevan a la Alhambra, imponente fortaleza de sueños y cuentos de mil y una noches. Parada indispensable, antes de poner rumbo al gran patio comunitario, recinto de sentimientos frustrados durante décadas, que ahora celebra la vuelta de su equipo de fútbol a la máxima categoría. Los Cármenes rezuman aroma de Primera.
El Granada CF, equipo rojiblanco de líneas horizontales, vive una especie de sueño imposible: ha remontado dos categorías de forma consecutiva. Hace pocos años tenía que cargar con su aura maltrecha por los campos de la provincia, y la cruz que suponía, de repente, vivir a la sombra del Granada 74, el equipo que asomó en 2ª A tras comprar la plaza del Ciudad de Murcia.
El conjunto murciano protagonizó durante años una situación insólita. Nació en un momento dado, a la sombra del Real Murcia, de la mano del ex-futbolista y agente murciano Quique Pina; un hombre que conoce los entresijos del fútbol como pocos. Se mueve en este mundo volátil como pez en el agua. El Ciudad de Murcia escaló categorías sin pausa desde Preferente hasta la Segunda división. Por dos veces se quedó a las puertas de la Primera. Pero aquel proyecto era insostenible. No tenía afición y para poder encontrar un lugar dónde jugar tuvo que pelearse con el principal club de la ciudad y las autoridades. Al final logró que les dejaran jugar en la vieja Condomina.
El siguiente movimiento de Pina fue vender la plaza del Ciudad de Murcia. Consiguió comprador en Granada. El pretendiente no era el equipo histórico de la ciudad, sino el Granada 74, un club sin tradición en categorías superiores y huérfano de apoyo social. Hasta el punto de tener que salir de la ciudad nazarí para poder disputar sus partidos en 2ª A. Se marcharon a Motril. Curiosamente, Quique Pina, el principal beneficiario de la venta, asumió la gerencia del nuevo equipo, que sólo aguantó una temporada en la categoría de plata.
El empresario murciano tenía más frentes abiertos en el mundo del fútbol. Desde hace años es el representante de los intereses del Udinese (club de la Serie A italiana) en España. La familia Pozzo le confió sus asuntos en la Liga española, como agente y asesor deportivo. Y en julio de 2009 pusieron la semilla en los Cármenes de Granada, que ahora lucen un colorido especial. Gino Pozzo, hijo del presidente del Udinese, decidió invertir en el proyecto del Granada CF, para reflotar un club que llevaba dos largas décadas entre 2ª B y Tercera. La receta: inyección económica y un trasiego de futbolistas de mucho nivel, procedentes del equipo italiano, para comenzar la escalada. El primer año ascenso a 2ª A de la mano del técnico gallego Fabri. Y para el segundo ejercicio, llegaron más jugadores del Udinese, para catapultar al equipo rojiblanco a la máxima categoría 35 años después. El descomunal zurdo Dani Benítez, el excelente cazagoles Alex Geijo, el perseverante Collantes, el fino Orellana, el catalizador Abel Gómez, su escudero Mikel Rico, las alas profundas Nyom y Siquiera, el inquieto y seguro guardameta Roberto, y el héroe del ascenso, cuyo gol ha valido el salto a la élite: Ighalo.
La Alhambra dirige su mirada hacia los Cármenes. Granada está de fiesta.
Naxari Altuna (periodista) 