Termina la primera vuelta con otra exhibición de forma y superioridad del FC Barcelona. Imagino a los chicos de Pep Guardiola anoche, durmiendo a pierna suelta, con el subconsciente dirigido a recuperar la pelota. Como no podía ser de otra manera, Barcelona y Real Madrid se retroalimentan en su eterna pelea por ganar y ser el mejor, pero el conjunto blaugrana añade un elemento más: juega como nunca. Arrollador en forma y números. Pulveriza todos los registros a base de goles, y convierte el fútbol en un ejercicio que trasciende los dígitos. Tiene a Messi con 18 tantos, pero sobre todo tiene en el argentino al pasador definitivo más prolífico del campeonato. Difícilmente se puede reunir tanto talento por metro cuadrado en una misma parcela. De lo poco copiable de este equipo es su talante competidor: el hambre de seguir creciendo. Eso, de forma organizada y con tanta precisión, no tiene precio. El actual Madrid es el mejor acicate para seguir agrandando su leyenda.
Enredado anda el conjunto blanco en su enésimo episodio de colisión interna. Jose Mourinho marca la pauta. Es el gobernador de Chamartín. Su equipo funciona a mil revoluciones, alocado por momentos, con alguna laguna en el juego de conjunto. El portugués focaliza las carencias en la corona del área, pero si su equipo adolece de algo es de centrocampistas puros. Cuenta con armamento pesado (CR7 es sobrenatural), gusta de plantear batallas en plena tempestad, sin tregua alguna. Se difuminan las coordenadas cuando el espacio se reduce a la mínima expresión, pero aún así gana casi siempre, por derribo, por un impulso brutal, por una carga eléctrica paralizante.
Xabi Alonso necesita socios sensibles al juego. Su labor en el Madrid está siendo formidable. Ejerce de ancla y lanzador. Hace tiempo que el fútbol echaba de menos aquellos envíos precisos de Schuster. Parecían personales e intransferibles. Hoy los blancos cuentan con un compás y diapasón al mismo tiempo; pero el siguiente eslabón rara vez madura la jugada, convirtiendo el lance en una instancia enérgica de vía rápida. El juego es tan vertiginoso como abrasivo: fast-foot. Y en estas falta un ariete para completar la artillería y derribar el edificio contiguo. Mourinho sigue tensando la cuerda; mientras Jorge Valdano dice: “tenemos un ariete y estaba en el banquillo”. En cualquier caso, gran primera vuelta de los madridistas, cuyo principal problema es que no pueden futbolísticamente con su eterno rival.
El Villarreal y el Espanyol, escalones más abajo, son otras de las grandes atracciones de esta primera vuelta. Escapando al ruido incesante de las alturas, ambos merecen un comentario aparte. Los amarillos, en constante crecimiento, siguen la ruta marcada hace varios años. Tejen con mucho sentido. Y cuentan en sus filas con un elemento a tener en cuenta, que sigue apuntando alto: Borja Valero.
El Espanyol, por su parte, demuestra que la cantera es tan válida o más que cualquier otra vía para vivir, con el consiguiente ahorro y el activo que genera. Muchos clubs la subestimaron, y en tiempos de recesión convierten su vivero en sustento para sobrevivir. Mauricio Pocchetino, estandarte perico, tira de factoría y trabaja con pasión. Jordi Amat, Víctor Ruíz, Didac, Javi Márquez, Álvaro Vázquez y compañía mantienen vivo el espíritu del malogrado Dani Jarque.
Mención especial para el Valencia. Precisando más aún, para Unai Emery. Incrustado entre los dos anteriores, tiene el gran mérito de sobrevivir en un club convulso como el que más, en medio de una coyuntura estructural compleja. Clasificó a su equipo para la Champions League, está en octavos; quedó fuera de la Copa ante el pujante Villarreal, hecho que volvió a provocar el enésimo seísmo en Valencia; y en Liga, peleando cada lance como si fuera el último, tirando de un trabajo táctico y emocional muy profundo, está en zona noble, sinónimo de Champions. Un trabajo difícil, sufrido, y sujeto a grandes cambios de humor.
El Athletic asoma por Europa. San Mamés le tiene bendecido. Con el Atlético de Madrid como rival, un club que apunta al desconcierto. Otro caso paradigmático del fútbol actual: falta gente que amase el juego.
El Sevilla se descose. No consigue reinventarse, y si falta el duende Jesús Navas, se apagan las luces. Pero el extremo diestro no puede con todo. Y cuando se marche Fréreric Kanouté, el fútbol extrañará al delantero-jugador por excelencia. Los andaluces tienen por delante a equipos como Mallorca y Getafe. Sorprendente la marcha del conjunto bermellón, muy limitado por sus deudas.
La Real está llevando a cabo una temporada muy meritoria. Va aprendiendo de los errores, a veces crueles, con la personalidad y determinación suficiente como para aplacar una preocupante serie de derrotas consecutivas con una victoria a domicilio de época. Hay tres elementos brillantes que han ratificado su exquisitez entre los mejores: Xabi Prieto, David Zurutuza y Antoine Griezmann. Un grupo solidario, a imagen y semejanza del abnegado Diego Rivas; con el aporte fundamental de Joseba Llorente: ariete consagrado, perejil de todas las salsas, y activista colectivo. El bloque del año pasado compite con solvencia en Primera.
Osasuna parece andar por otros horizontes. Las circunstancias le han llevado a convertirse en un equipo cada vez menos reconocible, precisamente, cuando los mejores futbolistas de su cantera marchan a otras latitudes. Los recambios no vienen de Tajonar. Álvaro Cejudo (si supera el reconocimiento médico) y Ferrán Corominas se suman a la causa roja para una segunda vuelta complicada. Y en verano parece que llegará el delantero del Atlético Ibrahima, cedido en el Numancia, como moneda de cambio al traspaso de Juanfran. Quizá vaya con él su pareja de baile en el conjunto soriano, Cédric.
Muchos no escapan a los problemas económicos y en lo deportivo tampoco andan boyantes: Deportivo, Zaragoza, Levante, Sporting, Racing, Almería… El Hércules vive de sus excelentes delanteros, fichados a bombo y platillo, pero no remunerados. Habrá que ver hasta cuándo se sostiene la irrealidad del fútbol. Con el último episodio de las Mil y Una Noches en la Costa del Sol. ¿O habría que decir Costa del Gol?
Naxari Altuna (periodista)