Podríamos hablar de mentiras. Muchas de ellas habitan en el fútbol, por mor de los tópicos, prejuicios y demás interferencias que artificialmente emiten sonidos estridentes alrededor del balón. Pero nos centraremos en las certezas. Ellas marcan el camino: mmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmm.
MAJESTUOSO: Dícese de un equipo que rompe moldes por puro fútbol y perspectiva del juego: la esencia. Lo comentaba Raúl Caneda: ¡cómo se pueden dar premios individuales en el fútbol existiendo el Barça!, especie de corporación asociada al juego para progresar en armonía, al unísono. Fraccionar el fútbol es quitarle sentido a este equipo de leyenda. Por eso, el premio del año debiera ser para la atalaya blaugrana, que mira por los ojos de Xavi e Iniesta: la mirada del fútbol. Nos sumamos a la petición.
Pdt. Messi es la guinda. Mais si! (pues sí), como titulaba el diario L’Equipe cuando le dieron el último Balón de Oro. Abogamos por el reconocimiento colectivo: mais si!
MADRID: Se topó con alguien majestuoso. Ése es el origen de su infelicidad, que no desgracia. Porque mientras el Barça persista con el mismo nivel de juego, activación y regularidad de excelencia, los blancos tendrán que seguir superándose, para lograr ser el mejor. Pero mientras su entrenador, M, continúe apelando a las mmmmmmmmmmmmmmmmmm, seguirá engañándose a sí mismo, y confundiendo a la comunidad blanca, en beneficio del majestuoso. Hablar de suerte es seguir malgastando saliva. El Madrid está mejor con el martillo en la mano.
MILAGRO: En fútbol hay cosas que son inexplicables. Como tiene un gran componente de azar, en el papel los números siempre terminan por dictaminar la validez del trabajo. Hace poco decíamos que el resultado en el fútbol puede ser un misterio. Porque el fútbol, en sí, lo es. ¿Cómo explicar, si no, las desventuras de Montanier y Mel de forma medianamente coherente? Estaban condenados, y ahora respiran, acomodados en sus banquillos. El sentido común tiene mucho que ver en todo esto. Montanier aparcó la rigidez de sus sorprendentes decisiones (sic), para poner a los mejores futbolistas (o los que mejor están) en lugares que les hacen reconocibles. A partir de ahí, un gol caído del cielo en el Benito Villamarín, y luego otros dos en Anoeta ante el Málaga, en tiempo añadido, funcionaron como el boca a boca. Una moneda al aire que por dos veces, y de forma milagrosa, sale cara, es como un huracán de oxígeno.
Lo del Betis era otro misterio. Ganó cuatro de tacada, y, de repente, lo perdió todo. La memoria corría peligro. En el fútbol esa palabra es caprichosa. Porque Mel había tirado de un club maltrecho para sacarlo de Segunda, con un fútbol de Primera; y, de repente, la memoria comenzaba a tener lagunas. Los méritos contraídos corrían el riesgo de caer en el olvido. Quizá la dichosa Ley Concursal le salvó (paradojas de la vida), en última instancia, por el coste de las indemnizaciones, etc. Curioso el destino, que ha terminado sonriendo al sentido común. El Betis seguía trabajando igual, pero los resultados fueron decayendo, y con ello el juego. Perdió dos encuentros seguidos en el tiempo añadido de forma cruel: destino quebradizo y azaroso. El repunte se produjo en otro descuento de infarto, con dos goles en uno al Valencia. Luego, otro triunfo capital en el Calderón, sentenciando a Manzano. Fútbol: futbolistas, entrenador, directivos, agentes, juego, resultados, afición, prensa, circunstancias incontrolables… Al final gana el marcador.
Pdt. De la Copa mejor no hablar (Mariga-Demidov, medios-centros en la Real, con 4-1 a favor en la ida pasan milagrosamente, y el Betis a la calle ante el Córdoba… El fútbol es un misterio).
MANCHESTER: Se postulaba como la nueva capital del fútbol, y, de golpe, no hay rastro del United ni del City en la Champions League. Ambos cayeron, aunque de forma algo desigual. Los red devils se dejaron sorprender por el Basilea. Y pagan muy caro los desequilibrios de su plantilla, sobre todo en el centro del campo. Los citizen compitieron en un grupo muy complicado, pero su multimillonaria inversión exigía el paso a octavos. Sin embargo, ellos se lo toman con filosofía, como un aprendizaje en su primera participación. Lo mejor de todo, y esto sí que es digno de mención: han caído dos grandes escuderías a las primeras de cambio y, siendo dolorosa la doble eliminación para la ciudad, en ningún caso hay escarnio, ni escarmiento público. Sentido común y tranquilidad. El trabajo requiere de mesura.
MOROSIDAD: A partir de ahora, jugador que no cobre: agente libre. Una forma de terminar con la trampa concursal. En Primera algunos penan con su pasado; en Segunda más de uno; y en 2ª B muchos más. Las excepciones confirman la regla, y merecen algo más que una mención…
MIRANDÉS: Tuvimos la suerte de aterrizar un día en Miranda de Ebro para hablar con el entrenador del equipo, Carlos Pouso, y sus futbolistas. Al CD Mirandés se le escapó el ascenso a Segunda en el último suspiro. Aquel 26 de junio, caluroso como pocos, el equipo no perdió la sonrisa. De hecho, el sol se quedó acompañando al conjunto ferroviario durante varios días, semanas, meses… Sólo el domingo pasado se le ocurrió pestañear, y, como si de un descuido se tratara, el conjunto rojillo perdió por primera vez desde aquel partido de vuelta del play off ante el Guadalajara. Pasó toda la pretemporada, la Copa, y diecisiete jornadas de Liga sin morder el polvo. En las nueve primeras fechas del campeonato mantuvo la puerta a cero. Ahora todo el mundo mira a Miranda después de apear al Villarreal de la Copa, pero la trayectoria es lo verdaderamente importante. ¡Bravo! El fútbol auténtico, sencillo y natural encontró su traje a medida en Anduva. Vaya desde aquí, nuevamente, el reconocimiento a la fortaleza humana.
Naxari Altuna (periodista) @naxaltuna